El pasado martes 27 de julio, la CE anunció, por un lado, la inversión de 118 millones de euros en 32 pequeños proyectos innovadores ubicados en catorce Estados miembros de la Unión Europea, Islandia y Noruega. Además, quince proyectos ubicados en diez Estados de la UE más Noruega se beneficiarán de asistencia para el desarrollo de proyectos por un valor de hasta 4,4 millones de euros, con el objetivo de adelantar su madurez.
El vicepresidente de la CE, Frans Timmermans señaló que de esta manera “se presta un apoyo concreto a proyectos de tecnologías limpias en toda Europa con el fin de ampliar las soluciones que contribuyan a alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050”. La nota de prensa de la CE añade que “las subvenciones apoyarán proyectos destinados a introducir tecnologías hipocarbónicas en el mercado de las industrias de gran consumo de energía, el hidrógeno, el almacenamiento de energía y las energías renovables”.
En el caso concreto de los 32 proyectos seleccionados para su financiación a través del Fondo de Innovación afirman que “fueron evaluados por expertos independientes que examinaron su capacidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero frente a las tecnologías convencionales e innovar más allá del estado de la técnica, y su madurez suficiente para permitir su rápido despliegue. Entre otros criterios figuraban el potencial de escalabilidad y la rentabilidad de los proyectos”.
Biometano con destilación criogénica desde el vertedero de Can Mata (Barcelona)
Entre esos proyectos hay cuadro relacionados con diferentes tecnologías para producir biocombustibles. Una de ellos se localiza en España, aunque la desarrolla una firma francesa (Waga Energy). W4W (Waga 4 World) pretende ser “la primera demostración mundial de una combinación innovadora de tecnología de módulo de recuperación de metano y criocondensador de alto rendimiento que genera biometano” compatible con el gas fósil a partir del biogás del vertedero de Can Mata, en Barcelona.
Otros dos proyectos tienen a industrias papeleras como núcleos de sendos procesos para prescindir de los combustibles fósiles y utilizar la biomasa que generen estas instalaciones. Uno se realiza en Portugal y lo lidera Navigator Pulp Setubal, y otro en Suecia y está al frente Essity Hygiene and Health. En este último se sustituirá gas natural licuado, que hasta la fecha se ha utilizado para secar papel, por una nueva planta de gasificación in situ que utiliza residuos de madera para generar bio-gas de síntesis.
Biometano para descarbonizar el transporte marítimo
Por último, el proyecto FirstBio2Shipping está liderado por las empresas Attero y Bio-LNG Hub Wilp, ambas de los Países Bajos. Su objetivo reside en “contribuir a descarbonizar el transporte marítimo mediante la demostración de la primera planta industrial que produce biogás natural licuado (bio-GNL), renovable y bajo en carbono de manera estandarizada y escalable, lo que permitirá la sustitución rentable de los combustibles fósiles”
Los proyectos seleccionados preparan ahora los acuerdos de subvención individuales, que deberían ultimarse en el cuarto trimestre de 2021. A partir de aquí la CE adoptará las decisiones de concesión de la subvención correspondiente y empezará a desembolsar las mismas. Los proyectos disponen de hasta cuatro años para llegar al cierre financiero.
Asistencia a quince proyectos con futura subvención del Fondo de Innovación
Los quince proyectos que se beneficiarán de la asistencia para su desarrollo “se consideraron suficientemente innovadores y prometedores en cuanto a su capacidad para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero no lo suficientemente maduros aún como para poder optar a una subvención”, explican desde la CE.
El apoyo que el Banco Europeo de Inversiones proporcionará como asistencia técnica a medida tiene por objeto avanzar en su madurez financiera o técnica con vistas a que puedan volver a presentarse en futuras convocatorias del Fondo de Innovación. En esta situación se encuentran dos iniciativas encuadradas en el perfil de “biocombustibles y biorrefinerías”.
Uno de ellos es ETHOS, liderado por la compañía italina Versalis; su objetivo es desarrollar una planta de demostración de bioetanol de segunda generación a gran escala. El segundo, VerBioChem, es una colaboración entre una empresa alemana (Verbio) y otra húngara (XiMo), y pondrá en marcha una planta pionera de producción de biocombustibles a partir de un proceso químico denominado etenólisis.